el tiempo es relativo, transcurre rápida y lentamente a la vez... Se han comenzado a caer las hojas de los árboles y las horas de lo que nos quedan de vida, se sucedieron los atardeceres y las lunas. El viento nos abrazó y nos trajo tristezas y pequeños remansos de paz. La ausencia se nota aguda por momentos, de a ratos los recuerdos nos roban una sonrisa, el dolor nos arranca las lágrimas , el alma se desangra, se cae a pedazos, como hilos de arena entre las manos y de repen te nos armamos, nos ponemos el disfraz de valientes y seguimos, pero no es porque hay que seguir, es porque elegimos hacerlo... Se encuentran y desencuentran las emociones, el corazón a veces se queda sin fuerza y late casi por inercia, pero cuando lo toca el amor de esos seres que aún están tangibles, abrazables, es cuando se acelera y recordamos, al menos yo, que respiramos, vivimos, con todos los tiempos y contratiempos que la vida nos demanda. Entonces, reflexionamos observando los espacios vacíos quedan inta